PanBimbo, ese compañero fiel

Una de las claves del buen viajante de bajo coste es el ahorrarse todo lo posible en comida. Lo que viene a ser traerse la comida de casa. Dos fuets, de esos largos, y un chorizo (de similares longitudes), componían mi dieta italiana. El primer día, que decidimos ir al Coliseo, nos requisaron el cuchillo y los días sucesivos hubo que comerse los embutidos a bocados.

Para acompañar, incluímos un PanBimbo. Sí, en la maleta. Quedamos tan sorprendidos por lo desmejorado que había llegado a Italia después de tan sutiles tratos que recibió de los cargadores de equipaje que decidimos que nos acompañara en todas nuestras escapadas.

Y éste es el resultado, un álbum en mi flickr.